Educar en Pandemia: Priorizar el aprendiz

15 Abril 2021

Mientras aparecen evidencias claras del daño educativo en niños y adolescentes provocado por la interrupción escolar, también se definen directrices para priorizar la urgencia de revincular a los estudiantes con el aprendizaje.

La pandemia de COVID-19 ha sido el peor impacto para los sistemas educativos en un siglo, con el cierre de escuelas más prolongados combinado con las peores recesiones en décadas. Más de 1.600 millones de niños han perdido tiempo de instrucción durante muchos meses seguidos, si no durante gran parte del año pasado, y muchos niños todavía no han regresado a la escuela. Se proyecta que el cierre de escuelas y las interrupciones resultantes en la participación y el aprendizaje en la escuela equivaldrán a pérdidas valoradas en USD$ 10 billones en términos de pérdida de ingresos futuros de los niños afectados.

El aprendizaje de los niños ha sufrido enormemente. Además, debido a que el sector de la educación también proporciona servicios de salud, nutrición y psicosociales, el bienestar general de los niños ha disminuido sustancialmente. Su recuperación debería comenzar de inmediato.

Para ello, UNESCO, UNICEF y el Banco Mundial han lanzado recientemente una misión conjunta, Misión: Recuperar la educación 2021, que prioriza tres aspectos fundamentales para abordar la urgencia que los niños vuelvan a la escuela y vuelvan a encaminarse hacia el aprendizaje. Cada prioridad posee objetivos ambiciosos y se realizará un seguimiento del progreso en indicadores existentes siguiendo el marco de seguimiento del ODS 4, para mejor monitorear la reapertura de escuelas y los esfuerzos de planificación de recuperación en más de 200 países y territorios.

Las prioridades de este esfuerzo internacional conjunto son:

  1. Todos los niños regresan a una escuela segura y solidaria. La primera prioridad es que todos los niños vuelvan a la escuela para recibir instrucción en persona completa o parcial antes de fines de 2021, es decir, volver a las tasas de inscripción anteriores a COVID. La experiencia de las escuelas reabiertas en todo el mundo muestra que las escuelas pueden reabrir y tomar todas las medidas posibles para reabrir de manera segura, incluso cuando la transmisión comunitaria no se ha contenido por completo y la cobertura de vacunación es baja. Las escuelas no solo brindan instrucción a los niños; desempeñan un papel fundamental en el bienestar y el desarrollo infantil, ya que también alientan a los niños en riesgo de abandonar la escuela a que permanezcan en la escuela, proporcionan comidas nutritivas y vacunas, y conectan a los niños con apoyo psicosocial, en particular los niños que pueden experimentar violencia en sus hogares. Los niños necesitan regresar a las escuelas que brindan apoyo integral para que su aprendizaje, salud y bienestar general vuelvan a encaminarse.

  2. Recuperar la pérdida de aprendizaje. Al perder una cantidad considerable de tiempo de instrucción, esto se traducirá en pérdidas sustanciales en el aprendizaje. No se puede suponer que cuando regresen a la escuela, los estudiantes puedan regresar fácilmente a su nuevo grado con un plan de estudios que asume que han dominado los conceptos del año anterior. Antes de la pandemia, la educación correctiva o remedial, funcionaba como un bien de lujo, el que rara vez lo ofrecían las escuelas que prestaban servicios a poblaciones desfavorecidas y, de hacerlo, estaba dirigido a niños en riesgo de reprobar o desertar. Se hace necesario expandir e integrar la educación remedial, con un enfoque en las habilidades fundamentales de lectoescritura y aritmética y acompañado del desarrollo de habilidades socioemocionales (autocontrol, perseverancia y una imagen positiva de sí mismos) necesarias para el desafío de recuperar lo aprendido.

  3. Preparar y empoderar a los docentes. Los docentes necesitan ayudar a los niños a (re) aprender lo que deberían haber aprendido el año escolar pasado, así como enseñar el plan de estudios del año actual. Necesitarán capacitación y apoyo adicional para implementar la educación de recuperación y el aprendizaje socioemocional, pues para muchos docentes, estas serán tareas nuevas. Del mismo modo, los docentes necesitan formación en educación a distancia o conectada o mediante enfoques híbridos, ya que la pedagogía para el aprendizaje a distancia o digital no habría formado parte de su formación formal. Necesitan recibir un conjunto mínimo de herramientas e instrumentos para evaluar los niveles de aprendizaje de sus estudiantes y estimar el apoyo que necesitan. Todos los maestros deben estar preparados para la educación de recuperación, el aprendizaje socioemcional y el aprendizaje a distancia al final del año.


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