Modifica la Ley Nº 20.370 Ley General de Educación.


Colegio Montessori - TEMUCO - Región de la Araucanía



Iniciativa: Moción                                                       

Problema.

Uno de los grandes desafíos que hoy enfrentamos como nación es la reforma del sistema educativo. La propuesta hecha por el actual gobierno está enfocado en una nueva administración, un nuevo financiamiento y una nueva estructura sistémica, dejando al margen el concepto de calidad. En el proyecto de la Presidenta Bachelet, podemos leer solo alguna mención genérica a dicho concepto: “Debemos impulsar una comprensión más compleja e integral de calidad educativa".

En las últimas décadas los instrumentos de medición estandarizada Simce y PSU han pasado a ser los principales indicadores de la calidad de la educación, generando un impacto impensado en el sistema educativo. Es así como, ambas herramientas han sido objeto de diversas críticas. Académicos como Richard Phels o María Teresa Florez, han afirmado que tanto la PSU como el Simce deberían, al menos, ser modificados, no solo por las dificultades técnicas, sino también por una necesidad política  y valórica fundamental:” rescatar el sentido de enseñar y educar en Chile"

Pero ¿qué significa “calidad  de la educación”?

María Rosa Blanco, especialista en Educación inicial de la UNESCO, afirma: "Una primera cuestión para valorar si una educación es de calidad es si esta es coherente y cumple con los fines y funciones que se le asignan".

¿Cumple el sistema educativo con los fines que se ha propuesto?

En la ley 20370, podemos encontrar los fines que se espera de la educación, así en el artículo, podemos leer: “Los alumnos tienen derecho a recibir una educación que les ofrezca oportunidades para su formación y desarrollo integral”, en los artículos 29 y 30, que ésta busca en  los educandos "Desarrollarse en los ámbitos moral, espiritual, intelectual, afectivo y físico”, y en el artículo 19: " La Educación Básica es el nivel educacional que se orienta hacia la formación integral de los alumnos”.

El espíritu de la ley es evidente, se persigue educar de manera integral. No obstante, en la medida que se utilizan solo 2 herramientas estandarizadas de evaluación, el sistema no evalúa ni la integralidad de sus objetivos, ni la calidad de la educación.

A partir de este  diagnóstico, venimos a  proponer una modificación curricular que incluya la educación de las emociones, no solo como un nuevo sector, sino como un nuevo indicador de la calidad de la educación.

 Moción.

1. Inclúyase en la malla curricular de 1er año básico, de forma gradual hasta 4to año de Enseñanza Media, el sector  de Desarrollo Personal, que tendrá como objetivo fundamental la educación de todas aquellas habilidades propias de la inteligencia emocional.

2. Agréguese al artículo 37: Toda evaluación del logro de los objetivos generales de aprendizaje deberá contemplar, además de los indicadores ya utilizados, la evaluación del sector de Desarrollo Personal.

Será responsabilidad de la Agencia de la Calidad de la Educación velar porque las evaluaciones periódicas  del desempeño de los establecimientos educacionales contemplen la integralidad de los objetivos propuestos por la educación y, solo en ese momento, dicha información podrá ser entregada a la comunidad  educativa transformándose en un indicador de calidad.

Impacto.

Nos asiste la plena convicción de que la inclusión de esta nuevo sector y la correspondiente evaluación de su efectividad, modificará el paradigma de lo que hoy se entiende por calidad. Consideramos que en el largo plazo  impactará positivamente, todo el sistema, aumentando el nivel de autoestima y empatía de los jóvenes, disminuyendo los niveles de agresividad, mejorando el clima del aula, pues como lo ha expuesto la psicología, la valoración de nosotros mismos es la base para la construcción de relaciones sociales fundadas en la confianza, solidaridad, respeto y tolerancia que requiere toda sociedad para permanecer y crecer en el tiempo.