“MENOS HORAS LECTIVAS, MAS EFICACIA EDUCATIVA”


Corporación Educacional Colegios Concepción ñuble - CHILLAN - Región del Bío-Bío



MOCIÓN DE PROYECTO DE LEY PARA REDUCCIÓN DE HORAS LECTIVAS

OBJETIVO

El objetivo de esta moción es la reducción[1] de las horas lectivas de los planes de estudio, para así generar una mayor eficiencia académica, vinculación familiar y desarrollo personal. Esta reducción, permitiría un mayor bienestar en la población de todas las edades, ya que con una menor carga horaria, pero más provechosa, tendrían más tiempo para desarrollar otras habilidades, mejores capacidades de sociabilidad, relación familiar y personal. Todo esto, resguardaría el bienestar psíquico y social de la persona, tal como lo menciona la Constitución Política de Chile (Cap.3, Art.19, Inc.1)

ARGUMENTOS

A lo largo de los años, hemos podido percibir como muchos estudiantes reprueban o desertan en su primer año de universidad, ya sea por factores como la situación económica o el interés por otra carrera. Pero hay un gran factor a considerar: el desconocimiento de varias materias que debieron haber sido enseñadas en el colegio con una mayor profundidad. El estudiante, al no conocer de buena forma la materia, hace que el profesor se vea obligado muchas veces a realizar una nivelación, que finalmente prolonga la duración de la carrera.

Las horas en las salas de clases, no son aprovechadas de buena forma. Tenemos un sistema de jornada escolar completa, y sin embargo, las horas en el aula no son efectivas, ya que resulta difícil concentrarse con tantas horas de clases, tiempo de estudio, tareas y actividades extraescolares[2]. Los docentes, poseen muy pocas horas para poder preparar sus clases, destinando de su tiempo libre para poder planificarlas y no logran el objetivo de un aprendizaje bien elaborado. [3]

En nuestro país, la Constitución (Cap.3, Art.19, Inc.10) dice: “Los padres tienen el derecho preferente y el deber de educar a sus hijos. Corresponderá al Estado otorgar especial protección al ejercicio de este derecho.” Es con respecto a este derecho y deber, donde la familia se desliga, viendo al colegio como una “guardería” donde dejar a los hijos mientras se trabaja. El Estado, no entrega la protección necesaria de este derecho. Es por esto, que se pasan largas jornadas sin convivir o fomentar una relación de familia, dejando a los alumnos o hijos sumergidos bajo el ambiente de la presión de rendir en y para el colegio. No hay un horario para la recreación del joven, para la convivencia en un ambiente no escolar, para el desarrollo de otras áreas y para el ser humano en sí.

En países como Finlandia o Noruega, líderes en ranking de educación, su jornada escolar es de tan solo seis horas, dejando espacio para que los jóvenes puedan recrearse y desarrollarse en otros ámbitos.[4]

La reducción en las horas lectivas de los estudiantes genera un mayor espacio para el desarrollo no solo de ellos, si no de la sociedad. La cual, con el tiempo, será más integral y podremos alcanzar un mayor desarrollo a nivel país.

ARTICULOS

Artículo N°1.- OBJETO DE LA LEY: Reducción de horarios en provecho de la capacidad cognitiva y eficacia pedagógica en la hora de clases. En un promedio de 45 horas pedagógicas semanales, reducirlas a 35 horas aproximadamente.

Artículo N°2.- Más horas no lectivas de los docentes para preparación de clases 40/60, reducción de alumnos por aula y proyecto educativo más personalizado considerando los rasgos cognitivos de los alumnos.

Artículo N°3.- Dentro de las planificaciones debe ser obligatorio la participación del apoderado en el proceso formativo del alumno desde el párvulo, la cual debe ser efectuado mediante entrevistas periódicas dentro de la carga académica 40/60.

 

 

 

 



[1] http://www.medicalnewstoday.com/releases/271305.php    

[2] http://www.latercera.com/contenido/28_50877_9.shtml

[3] http://diario.latercera.com/2014/06/26/01/contenido/pais/31-167428-9-ocde-profesores-chilenos-son-los-que-mas-tiempo-pasan-en-las-salas-de-clases.shtml

[4] Panorama de la educación 2010: Indicadores de la OCDE pp. 288 – 289.

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